sábado, 30 de mayo de 2020

Después de El Capitán Veneno (y V): Adiós

Teníamos una cuenta pendiente tú y yo con este post, que prometí el día después que lo haría cuando llegase el momento oportuno y todo ha venido dado para que sea el cierre de este especial dedicado a Juan Carlos Aragón Becerra. Porque sin él ni siquiera quererlo, se despidió del Falla con una comparsa nueva, que nos sonaba a muchas otras, como en tantas ocasiones, como en otros COACnavales y, sin embargo, nos rompió el alma como si fuera una inédita, siéndolo y sin serlo.

La Eterna Banda del Capitán Veneno se subió a las tablas del Falla con el luto bajo el brazo abriendo la Gran Final del COAC 2020 con un estruendo y el fervor del público un 20 de febrero. Este post quedaba pendiente desde el 26 de febrero y aterriza de una forma especial: acompañado de un vídeo desde el propio canal de la comparsa que se estrenó hace un par de días, que sacrifica la realización en el Teatro que ya hemos visto cientos de veces desde aquel día, por un plano estático, sobrio, adornado con toda la previa que hizo posible la actuación y palabras del fallecido autor que hielan la sangre.


Como decía Mirian Peralta entre suspiros "empieza esto, empieza la emoción". La guitarra comenzó entonces a tocar unos acordes desconocidos, frescos, alegres y satiros que nos recordaban a La Gaditaníssima y que poco después se confirmó en la propia letra era una versión previa/alternativa de la presentación final de la comparsa. Quizás tras escucharla aquella noche todas y todos comprendimos por primera y última vez, una más, lo que había perdido el COAC gaditano.

El grupo sonaba un año después de escándalo, seguía en el mismo preciso instante. Tras el credo, tras todo. Hermético, al vacío, perfecto. Por primera vez las ansias del oído le ganaron a los ojos, que entonces ganaron protagonismo y se pararon a recordar en cada componente al Capitán Veneno que interpretó el poeta sobre las tablas con su comparsa en 2008.

Los pasodobles quizás fueran los golpes más duro para el corazón de los intérpretes y los aficionados. ¿Cómo imaginar que Aragón nos habría dejado oculto dos pasodobles para cuando se marchara? Ya sabemos que fueron descartes de Concurso, que Aragón a diferencia de otros autores escribía a aquellas esquinas oscuras y luminosas donde los puntos no miraban pero el alma se enriquecía. Porque escribirle a un viaje al pasado con las ideas claras y la gratitud de las coplas, porque escribirle a la gesto de la despedida, al Adiós, solo lo hizo Juan Carlos. Hasta el último momento y así lo demostraron estas dos coplas de sus últimas comparsas: La Gaditaníssima y Los Mafiosos.

Aragón y los cuplés. Ya saben. ¡No, no hubo nabo! Al ser letras inéditas uno ya sabe que el propio lo sacó a pasear en sus respectivos años pero fue bonito ver como se acordaba una vez más de Joaquín Quiñones y de las sustancias psicotrópicas, metiendo a los primos de por medio (esto me tocó especialmente). Buenos cuplés que más de uno hubiera agradecido llevar en algún pase del COAC y que nos sacaron la sonrisa que se había borrado desde que subieron cortinas.

Encarrilamos la despedida con un popurrí de popurrises donde el grupo volvió a ser una delicia entre los versos del poeta. Se nos pasó volado y tras su final, el credo. Cantado por el respetable. Echamos una última mirada entre aplausos y lágrimas a un forillo maravilloso donde el negro y el rojo nos inundaron los ojos. Y su ciudad lo recordará cantando. Para la historia.

Salud, Juancarlismo y Libertad.

Fuente: Joaquín Hernández 'Kiki'.

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