sábado, 30 de julio de 2022

Las inéditas del COAC 2022 (I)

 Se va Julio pero no se terminan las coplas de Puerta Tierra p'acá. Una de las cosas más bonitas que deja el Concurso una vez se termina es esa curiosidad por descubrir si los autores y las autoras tendrán alguna letrilla más en el tintero, que no hayan cantado por falta de pases o confianza, para descubrirlas a posteriori en la calle, en los cds o en sus redes sociales.

Que exista más repertorio del conocido de tus agrupaciones favoritas es un gustazo, la guinda a un buen año como ha sido este. ¿Les apetece escuchar más allá de lo que disfrutamos sobre las tablas del Gran Teatro Falla? ¡Vamos que nos vamos por las calles y tablaos de Cádiz!

Pasodoble "El día en que" (Los originales)


Pasodoble "Hoy me he mirado en el espejo" (La predicadora)

Pasodoble "Esta es mi tierra" (La predicadora)

Pasodoble "Los de la celda de al la'o" (Gente con chispa)

Pasodoble "A ti" (Aquí huele a verdín)


Pasodoble "Quería que lo supiera" (La Brigada)

Pasodoble "Hay dos palabritas" (La boquita prestá)

Carnavalitas y carnavalienses, ¿quieren más? ¡No se nos vayan a empachar! Aquí lo dejamos por hoy, que no está nada mal, y volvemos la semana que viene con más cositas y coplas inéditas. ¡Feliz fin de semana y viva Cadi!

martes, 26 de julio de 2022

Los fallos del jurado del COAC 2022 (II)



Después del post preventivo de mi compañero Ventolero, que se publicó el sábado, no nos queda otra que comentar la estupenda tertulia que comandó Miriam Peralta con tres secretarios del COAC, entre ellas la de este mismo 2022.  En ella nos queda claro que el Reglamento hay que cambiarlo completamente. Por ello abogan todos los que han estado dentro, y este año, después del "suplicio", queda aún más claro. 

Que el problema fundamental parecen ser los puntos es algo que me queda bastante claro a lo largo de toda la tertulia, y que, quizás, una mezcla de las propuestas dichas sean la solución. Que en las preliminares las puntuaciones no deberían valer parecer ser un consenso y que para la vocalía del jurado sería más sencillo un apto/no apto o un pasa/no pasa, o como se le quiera poner, queda bastante claro. Bien es verdad que, como explica la secretaria del jurado de 2022, los parámetros a dirimir son muchísimos, la verdad, no son solo esos cuatro tan famosos, si no que todos esos se hacen en las distintas piezas. ¿Sería fácil aunar eso en otros conceptos? No lo tengo tan claro, pero no tiene que ser nada fácil hacerse cargo de toda esa movida. 
Más difícil me parece una deliberación en la que no hubiera una voz más cantante que otra, pero sí considero que puede ser muy interesante que sea el mismo jurado el que decida cuántos pasan al corte, por encima de las exigencias encorsetadas que se proponen desde la organización. Así, por ejemplo, este año podrían haber pasado más coros de los que finalmente lo hicieron a semifinales, pero se decidió que no, algo que debería generalizarse porque esos huecos se podrían haber cubierto con comparsas, pero el reglamento no lo permite. 

En lo que estoy de acuerdo a medias es en la no publicación de las puntuaciones. Creo que es importante que al gran público, cada vez mayor, se le muestren, al menos, las totales. Si el desglose se decide pasar solo al representante legal de las agrupaciones, lo pida o no, también me parecería bien. Al fin y al cabo, no tengo duda de que nos acabaríamos enterando de las movidas. 

Muy interesante me parece el final del debate sobre el concepto "inédito". En el caso de Los indomables, como bien explica Carmen Casteñeiro, ¿se puede considerar plagio lo que hace un autor con su propia obra? En Literatura las metareferencias a las propias obras, o las revisiones constantes, no hacen que el autor se plagio, que se versione o que se corrija sí. Sin embargo, lo más interesante es cómo la secretaria del jurado del 2022 agradece el trato por parte del autor, por lo que entendemos que los ataques eran directamente al ayuntamiento y la organización del concurso. 

La verdad es que espero que hayan podido ver la tertulia completa porque no tiene desperdicio y, aunque se queda corta porque se quedan demasiado rato alrededor de las puntuaciones, sin duda actividades de este tipo enriquecerían un concurso que tiene más calidad que nunca pero que, a su vez, tiene más conflictos por culpa de unas bases que parece que todos los sectores están de acuerdo en reformar. 

sábado, 23 de julio de 2022

Los fallos del jurado del COAC 2022 (I)

Vamos camino de los dos meses desde que Carmen Castiñeira dijera sobre las tablas del Gran Teatro Falla de Cádiz las palabras "En la ciudad de Cádiz..." y parece mentira que sigamos en el enfrascamiento en torno al veredicto del jurado del COAC 2022, una resaca a la que no le vemos final. Curiosamente, no es porque la gente haya dado mucha carga, que alguna ha habido a posteriori, sino porque la propia secretaria y los distintos miembros emitieron en los primeros días de julio un informe de 21 páginas que ha calentado un poco más el ambiente:


Un informe que se encuentra integro (por si quieren leerlo y formarse una opinión propia) en la web de la emisora Onda Cero dentro de la noticia: "El jurado del COAC 2022 vuelve a la carga con un informe sobre el concurso exento de autocrítica". Pero mucho antes de esta respuesta por parte del jurado, en diferentes medios se recogieron las opiniones e impresiones de muchos protagonistas del propio Concurso y periodistas de distintos medios, que recuperamos para el post de hoy por si se los perdieron en su día.

Un día antes de la Final, Cadena Ser realizó un programa de entrevistas donde autores como Vera Luque, Iván Romero o Tino Tovar, entre otros, reflexionaron sobre la última noche de cuchillos largos, y donde destacamos las dudas que el primero plantea ya no sobre la resolución sino en la propia forma de proceder y los parámetros en los que se basa el jurado. Más polémica puede resultar la defensa que Tino hace en torno a la opinión de su comparsa, dificultades y comprensión del repertorio. Muy recomendable, en cualquiera de los casos:


Semanas después, casi terminando el mes de junio, el programa Haciendo Tipo presentado por Mirian Peralta reunió en la misma tertulia a periodistas de diferentes medios para reflexionar sobre el veredicto ya no solo de la Gran Final, sino en las diferentes fases del Concurso donde vuelve a mencionarse como el jurado en muchas ocasiones ha valorado por parámetros más subjetivos que objetivos:


Carnavalitas y carnavalienses, no se enfaden que esto es Carnaval. Una broma muy seria, sí, pero nada que nos tenga que costar la salud, por Momo se lo pido. El martes regresará mi compañero con más reflexiones sobre el informe de marras y las últimas declaraciones de la propia secretaria, que seguro traerán más debate. ¡Disfruten del fin de semana y que no falten las buenas coplas! Como la premiada por Amnistía Internacional con el galardón Candela y Espino 2022, otorgado al pasodoble de Vera Luque para su comparsa Los Quinquis:


martes, 19 de julio de 2022

XXIV Carnavaluc: Festival Carnavalero de Lucena

Cuando hablamos del Carnavaluc nos estamos refiriendo al festival carnavalero más antiguo de Andalucía: cumplía este año veinticuatro veranos, después de pandemias y pérdidas irreparables. De marcado carácter juancarlista, este evento es organizado por distintas instituciones públicas y privadas, y su afán por el buen cuidado al aficionado es algo que realmente sorprende, no solo en el aspecto organizativo, sino que permiten entrar comida y bebida de fuera, además de tener una megafonía que da gusto o unos precios en barra bastante asequibles. No me pagan por esto, lo digo porque me apetece. 


Es cierto que el público que va allí tiene unos gustos concretos. Recuerden que la comparsa de Juan Carlos Aragón o su chirigota han ido casi todos los años, por no decir todos, pero es que además se encontraba entre los aficionados el editor del añorado autor gaditano, a lo que le sumamos un presentador que no se cortó un pelo en la crítica al creador de eventos de turno, ya saben quien les digo. 

Con poco tiempo de antelación llegamos y nos decidimos sentar en la última final de sillas. Este año, no lo vi los anteriores, o no lo recuerdo, habían dispuesto una grada justamente detrás de todo el patio del exterior del Auditorio de Lucena donde se realizarían las actuaciones. Para subir a la barra, una cuesta; para fumar, a una esquina, camino a los césped. De lo que tengo queja es de los baños: tres plantas hacia abajo dentro de lugar cuando había unos en la recepción del edificio sin necesidad de bajar. 

Abrió el trío de actuación la chirigota de Manolín Santander, Carlitos Pérez y Sánchez Reyes, La misión, que desgranaron su repertorio de este Falla 2022 con gusto del público. Aquí nos dimos cuenta que una lucentina de honor estaba entre el público: la famosa chica de la risa de flauta, que daría bastante juego a las agrupaciones de la noche. Por supuesto, cantaron algunas de las letras más conocidas de la chirigota de Manolo Santander de estos últimos años, para terminar, como pueden ver en el vídeo anterior, con Me han dicho que el amarillo, cantado por todo un público entregado a una sobresaliente actuación chirigotera. Muy divertidos, la verdad. 

Tras un descanso, la comparsa Después de Cádiz ni hablar hizo un buenísimo papel en su actuación, cantando bastante repertorio de este año, además de invitir al Tomate a que cantara con ellos uno de los pasodobles. Las coplas de la antología estuvieron compuestas por La ciudad de Dios, con baile incluido, Los niños sin nombre y Los okupas de la luna, que, aunque parecen menos conocidas para el gran público, demostraron tener verdaderos seguidores que se lo sabían todo. 

Otro parón para retomar con Los renacidos que, de nuevo hicieron vibrar al público con un repertorio cargado de crítica y literatura, no sé si a partes iguales, tampoco sé cómo se sale de la presentación, el principio del popurrí y el final. Es algo que tengo que trabajar este verano. Con uno de los componentes algo cascado, no vamos a señalar, que está feo, la comparsa adoleció en contados momentos de las pertinentes "voces por arribita", pero también es verdad que venían de cantar en otro sitio. Después, se cambiaron la parte de arriba del disfraz para cantar algunas coplas (canciones, como le gustaba llamarlas) del repertorio de Juan Carlos, para finalizar con el credo de Los peregrinos, levantar al público y, ante el otra-otra, marcharse para no reaparecer. 
Con una temperatura estupenda, para ser provincia de Córdoba, y ante las quejas del calor por parte de las agrupaciones, más por el vestuario, entendí, que por el clima real, nos volvimos para la capital con la sensación de haberlo pasado estupendamente, con actuaciones de apenas más de una hora, con el espíritu calmado y con muchas más ganas de CAR-NA-VAL. 

sábado, 16 de julio de 2022

Oigan, ¡que viene el COAC 2023!

Hacía muchísimo tiempo que no aparecía esta sección de Puerta Tierra p'acá -concretamente, desde las semanas previas al Concurso de 2020- por lo que la publicación de hoy es muy especial para nosotros. Volvemos a traer un buen puñado de tweet-tulares sobre novedades de las agrupaciones del cada vez menos lejano COAC 2023. Yo tengo muchas ganas, ¿y ustedes? ¡Al lío del Monte Pío!

1) Comenzamos con la nueva propuesta de la comparsa de Pepe Juan Pastrana y Roberto Fabio Gómez:

2) ¿Ganas de seguir escuchando al Segundo Premio de comparsa en el futuro? Pues no teman, que ya están sus autores liados con el nuevo proyecto: "El Embrujo de Cádiz".

3) Más comparsa, esta vez de la mano del veterano Francisco José Fernández 'Toté':

4) Si os gustó la chirigota "Los del Triángulo de las Verduras", su nueva idea para 2023 será...:

5) ¿Y la chirigota de Diego Letrán? Continúan con Luis Rossi y se traen guasa con un conocido autor de comparsa:

6) ¿Más todavía? ¡Más todavía! Y ojo cuidao, que los que venían de narcos en 2022 se llamarán en 2023... "Los NARCOS":

7) Los Mol... No, no, no, dejarse de cachondeo. La chirigota de Jose A. García Molina contará en 2023 con un músico que es verdín puro:

8) Una más y nos vamos. ¿Les gustó este año la Comparsa de Nene Cheza? Fue una de las más valoradas por su buen gusto y el toque clásico de su repertorio. Pues seguirán siendo Una Comparsa de Toda la Vida...:

*) ¡Bonus track! No se nos podía olvidar poner uno de los grupos más tempraneros en anunciar su nueva idea: La comparsa de Germán Rendón.


No, no nos vamos a quedar sin Concurso el próximo año. ¡Y esto no ha hecho nada más que empezar! Por supuesto, valorar el trabajo de cuentas como Carnavaladictos que dan a conocer la actualidad de muchas agrupaciones más allá de los perfiles propios de las agrupaciones. Carnavalitas, carnavalieneses, feliz fin de semana. ¡Que ya queda nada para escuchar coplas nuevas!

sábado, 9 de julio de 2022

Don Carnal (II) por Cristina Prieto


Sin embargo, el éxtasis carnavalero no me ha llegado de la mano de autores con nombre. En febrero me fui al Carnaval de la calle y pude ver con mis propios ojos lo que ya sospechaba: el carnaval no se escucha, sino que se vive. Es una actitud, una forma de sentir. Calles inundadas de papelillos, coplas por aquí y por acá, gente gritando “amos a escuchá” y sobre todo, pasión. En el parque Genovés pude escuchar a la comparsa del Carapapa, entregados, con un repertorio por entonces inédito y con una actitud que no se ha parecido en nada a la que le he visto en el Falla durante el COAC. En las semifinales estuve viendo al grupo dentro del teatro y no, lo siento. Pedía perdón en un pasodoble, entre ironía y enfado, pero realmente, el grupo ha distado mucho del que vi en el parque Genovés.

Quizás lo que más me llamó la atención del carnaval de la calle fue esto: es un regalo por, entre y para el pueblo. Gente que ha creado tipos y ha compuesto coplas para regalarlas. Letras que irán en su mayoría al fuego del olvido. La actuación del Canijo de Carmona con su antología en la escalinata de la Plaza Santa Cruz mientras el grupo y el público interactuaba con una señora mayor que observaba desde el balcón de su casa que daba a la plaza… Qué arte.

De allí no se sale indiferente. Cruzas Puerta Tierra de vuelta a casa con ganas de más. Así que, como sé que no me lee Ares, quien parece haberse enfadado con el Kichi este año, di las gracias al alcalde de Cádiz por darme Carnaval en febrero, en mayo y en junio. Porque en mayo llegó el COAC, con la ilusión de poner Onda Cádiz todos los días para poner el directo, leer este blog al día siguiente y comentar con cualquier jartible las actuaciones del día anterior.

Y ya cuando mi director espiritual en el Carnaval me consiguió la entrada para el lunes de semifinales…locura máxima. Total, un viaje ida y vuelta a Cádiz en menos de doce horas con cinco de ellas dentro del Falla… ¿no es de nivel jartible avanzado? Sí. Pero a cambio de unas ojeras infernales el martes, presencié, viví, sentí, me emocioné cuando el pasodoble a Olona de Los quinquis del Vera sonó en el teatro. Momento para el recuerdo. El teatro se vino arriba, el gallinero pensé que se caía al suelo, y todos y todas los allí presentes entonamos el himno de Andalucía. Magia. El coro Tierra y Libertad, primer coro que escuchaba en directo, también puso pelitos de punta. Yo me quedé con la última cuarteta a ritmo de Rigoberta Bandini, un canto a la dignidad y a la unión. Algún verso por citar: “solo el pueblo salva al pueblo”. Qué necesarias estas letras en estos tiempos.

Si esa sesión hubiera sido turno de Los renacidos la jugada hubiera sido redonda, pero no les tocaba el lunes sino el martes. Es lo que tiene comprar entradas a ciegas. No pasa nada porque mi fin de semana de tablaos y calle ha dado para verlos en las escaleras del Museo, donde también he visto La boquita prestá de Remolino. Volviendo a los pájaros, he de reconocer que se ha cumplido lo que intuí cuando conocí al Chapa en el curso de escritura: este año han traído su buen hacer más que demostrado con un tipo muy bien elegido y un repertorio a cargo de una pluma privilegiada. Es un tercer premio para el jurado. Un primer premio para muchos aficionados/as que vamos todos los días al curro cantando “sabes que la vida nunca, nunca se detiene…”

De esa noche en el teatro Falla me guardo muchas otras cosas además de esto que he contado. Por ejemplo, observar y participar en la interacción frecuente entre grupo y público…Por ejemplo, comprobar como el gallinero se iba animalizando conforme avanzaba la noche (entre los gritos de los poetas/poetisas de andar por casa, se escuchaban onomatopeyas de gatos, perros…Qué arte, chiquillo). Por ejemplo, las intervenciones de Pepe el Caja, entre las que hubo esa noche, una que consistió en quitarse la camiseta frente a la cámara y salir corriendo…jajaja.

Aunque mi comparsa favorita sea Los renacidos por la huella de La Eterna Banda, he de reconocer que la idea de Los sumisos me ha resultado fascinadora: el tipo con las letras, Javier Ramírez en la presentación, el forillo y atrezo decadentes de La Chusma Selecta, el cambio de estribillo en la Final, y el popurrí, vaya con el popurrí. Al día siguiente de la actuación de preliminares ya estaba yo en casa con el pito de caña enseñándole a mi hijo la última cuarteta.   

El carnaval de junio me ha regalado: las comparsas femeninas (We can do en la Final), porque eso de que el Carnaval solo lo hagan hombres es rancio, rancio; la experiencia de los tablaos que no pude tener en febrero (mucho mejor saber dónde vas a escuchar, aunque luego las redes sociales también te ofrecen cositas), la batalla de coros que vi en el Mercado y el ambiente lúdico festivo de toda la ciudad, con actuaciones y conciertos en San Antonio, guateque en la Plaza del Mentidero (años 80) y actuaciones en la misma playa de La Caleta el domingo.

Voy a terminar junio con un sentimiento extraño de orfandad, porque hasta el febrero que viene… Pero como dicen que Dios aprieta pero no ahoga, ahora empiezan los festivales de Carnaval. ¡Que esto sigue! Lo que no sé es como lo van a sobrellevar algunos grupos con esos tipos tan calentitos. El Ave Fénix va a arder de verdad. Yo estoy ya apuntando fechas: Lucena será la próxima cita carnavalera.

En definitiva, el Carnaval me he hecho más canalla, más libre y más valiente. Estos amigos jartibles valen oro. No necesitar una boquita prestá (qué comparsa la de Remolino este año) ha sido tan liberador… Así que GRACIAS Carnaval, por todo lo que me has dado y por todo lo que espero que sigas dándome. A ver si hago el segundo taller de La escuelita de Carnaval del Chapa y puedo devolverte algo en forma de copla. Carnal, sexual…cha cha cha.

miércoles, 6 de julio de 2022

Don Carnal (I) por Cristina Prieto

Carnal, sexual, cha cha cha 

Dejar de ser virgen durante la adolescencia (vaya cachondeo que tiene la expresión, que me perdone el Espíritu Santo), tuvo que ser todo un acontecimiento, pero…visto el hecho desde la perspectiva de mujer de cuarenta que soy ahora… sin duda, estuvo sobrevalorado. Sin embargo, perder el virgo carnavalero ha sido…experiencia mística. El Carnaval se parece mucho al sexo en mi opinión: quien no lo ha probado le tiene miedo, le parece una historia complicada en la que no sabe bien si podrá desenvolverse, pero cuando ya lo saborea…quiere más. Pues eso mismo ocurrió el año pasado cuando, después de un comentario de boca de una jartible del Carnaval de mi entorno, me dio por buscar en YouTube y ponerme a escuchar (este año me he visto a mí misma diciendo en alguna calleja de Cádiz: “amos a escuchá”, jajaja).

Y como para llegar al éxtasis místico hay que recorrer el camino ascético, pues ahí me puse yo a hacer mi penitencia lamentando los años perdidos de escuchar coplas, habiendo sido mi casa lugar de finales del COAC hasta las tantas de la madrugada y habiendo en mi familia verdaderas cordobesas caleteras, capaces de vender su alma al demonio por un trocito de tierra gaditana. Mi abuela, que en paz descanse, disfrutaba como niña comiendo caramelos cuando nos montábamos ella y yo en el vaporcito mientras mi abuelo gruñía por llegar tarde a coger el tren de vuelta a Córdoba (me reí mucho cuando escuché al Selu cantarle a Juan, su títere, que el pitorrito de su olla a presión inspiró a Paco Alba el pasodoble “el Vaporcito de Cádiz”).

La cosa es que estoy convencida que la semilla estaba ahí germinando, porque no veo normal el atracón de Carnaval que me he pegado en estos 2021-2022. Ha sido gula auténtica vaya. Al infierno de cabeza voy. Si allí puedo escuchar en directo a Los príncipes de Juan Carlos Aragón…pues será paraíso.

Practicar la oración ha sido norma en estos dos años, pero claro, no esa que atonta, sino la que abre la mente: el Credo de Juan Carlos, popurrí de Los Condenaos, “Igual que en una mezquita”… qué obsesión tenía Aragón con la fe siendo ateo. Yo tengo mi tarilla particular con este tema: trece años trabajando en un cole de monjas me han dejado mi trauma (y material para hacer veinte cuplés).

En 2021 decidí como dice el popurrí que prefería “luchar y morir que vivir condenao”. Y dejé mi lugar de trabajo (“adiós, imagino NO volveré a la prevención”) para hacer lo que quería de verdad: enseñar en la escuela pública. Ya libre de la censura, pude aprovechar todos los recursos que el Carnaval me tenía guardados: trabajar las figuras literarias en la presentación de Los condenaos; celebrar el Día del Libro con el pasodoble “A ti chaval” del Canijo de Carmona; para el Día de Andalucía, “Era un cuatro de diciembre” de Los piratas; para la defensa de nuestro acento, el pasodoble de El perro andalú, “Los pobrecitos castellanos”; piropo a nuestra tierra, “Por tus cielos y por tus playas” de Los encaidenaos; para trabajar con el alumnado el tema de la violencia machista, “A ti machito”, de los “niños” de la Cantera.

Qué año de interina escuchando Carnaval en el coche. Hasta algún cuplecillo me salió en los trayectos para reírme con mi colega de opos y maestro de Carnaval. Pasar 2021 como interina en Lucena no podía tener más guasa, teniendo en cuenta el cariño que la ciudad elisana le ha tenido a Juan Carlos Aragón; siendo su editor de confianza de este lugar de Córdoba y contando los lucentinos con una historia y afición carnavalera de mucho peso.

Entre lo que más me he puesto en los viajes, los repertorios de Juan Carlos Aragón, Martínez Ares con el grupo de Subiela; Carapapa y Los muñecos de Cádiz. Me crucé con Carli Brihuega este febrero en una calle de Cádiz y no quise pedirle foto ni nada, solo se me cruzó por la cabeza decirle “gracias”. Qué voz. Carnecita de gallita, vellitos de punta, vamos que no me hago el láser gracias a este hombre porque he perdido todos los pelos del brazo escuchándolo. A Ramoni lo disfruté en directo en un bar de Córdoba, y sí, es el Messi del Carnaval, pero es que Carli transmite algo que no sé explicar con palabras. A estas dos vocecillas las vi juntas en Clandestino; junto a otros pocos mudos y muda: Milian Oneto, Dani Obregón… El concepto de Clandestino como espectáculo me decepcionó un poco por los fallos de transición que vi entre copla y copla, pero desde luego, allí había arte concentrado en altas dosis.

Un año como 2021 sin Falla y sin Carnaval en la calle me permitió ponerme al día y disfrutar del Carnaval de Puerta Tierra para acá (a golpe de monedero obviamente, que no saben los gaditanos/as la suerte que tienen de tener a las agrupaciones en la calle regalando su arte): la Eterna Banda de Aragón, Ares con su chusma selecta; Clandestino; Selu y su musical, los Five de Cai con Aguilera, Joselito, Love, Cabra y Carlitos Pérez, el Morera y Meni con La vida es un cachondeo.

Pero si 2021 fue mi bautizo, 2022 ha sido la confirmación. Y me he tomado muy en serio el sacramento. Tan en serio que me inscribí en marzo en La escuelita de Carnaval para hacer un curso de iniciación a la escritura de coplas, impartido por Miguel Ángel García Argüez.  Ahora que ha pasado el COAC me gustaría escribirle al Chapa para decirle: “qué joyita tenías guardada; vaya popurrí”. Nos contaba el autor durante el curso que el grupo lo estaba haciendo fenomenal, que el popurrí lo habían cogido pronto y lo estaban montando como ingenieros del arte. Cuánta razón llevaba. El curso con el Chapa me ha dado la posibilidad de conocer la labor de autor, muchas anécdotas del Carnaval y el conocimiento de joyas más antiguas, como la comparsa fetiche del Chapa: Hombres del campo, de Enrique Villegas.

(Continúa el sábado)

sábado, 2 de julio de 2022

Estuve en la calle en junio

No tenía muy claro si dedicar un post a la experiencia personal que supuso haber estado por las calles de Cádiz el fin de semana del 11 y 12 de junio, durmiendo en coche porque nos fuimos de un día para otro sin nada averiguado, y exprimiendo al máximo los concursos y actuaciones callejeras de las agrupaciones más concurseras. La verdad es que creo que este análisis lo voy a dirigir por otro camino.

El ambiente del sábado por la noche, cuando conseguimos aparcar de mala manera en el Campo del Sur, era espectacular. Un levante doloroso, punzante, que molestaba a calvos y peludos por igual, nos recibió, abrazándonos mientras pasábamos el árbol del Mora en dirección a la escalera de Correos, donde habíamos quedado con otros amigos que ya estaban allí desde el viernes. La verdad es que me sorprendió que pudiera colocarme sin problema para escuchar la primera agrupación, la chirigota del Molina, haciendo tiempo para escuchar Los renacidos, que iban al mismo sitio, pero que finalmente actuaron casi hora y media después. No nos importaba. El buen rollo con la gente de Mérida, Sevilla, Cádiz... paisanos cordobeses era maravilloso. Entre risas y comentarios, anotaba mentalmente todo lo que iba a decir en este post sobre las sensaciones tan deliciosas que estaban llegándome. Que no pare la cerveza, el carnaval, la vida.

Decidimos ir a la plaza de Santa María, tras en San Antonio pedirle una chapa al autor de Después de Cádiz ni hablar, porque estaba un amigo nuestro, componente del coro de Rivero, Químbara, que nos recibió con todo el cariño mutuo que nos tenemos. Los escuchamos cantar, flipamos con la potencia de ese grupo, los bailes, la simpatía, y, tras finalizar las actuaciones de ese tablao, quedamos en vernos al día siguiente en Candelaria, sin ser conscientes de que esa noche, en esa plaza, íbamos a echar una peoná.

Tras callejear buscando a las agrupaciones que queríamos ver inevitablemente, alguien nos dice que todo aquello va a terminar y que la fiesta se bifurca: Candelaria y la Viña. Nosotros optamos por la primera. Conocemos el sitio donde podemos adquirir fácilmente una serie de bebidas espirituosas para disfrutar de un buen rato de charla y fotos. Así, saludé a García Argüez, con el que estuve hablando bastante rato de Literatura, del mito del fénix y las cenizas (deformación profesional) y felicité a algunos componentes por sus maravillosas actuaciones. Ya saben que a mí me suele gustar todo. Fotitos por aquí, cervecita por aquí, y de pronto, frente a nuestro grupo cada vez menos numero, coge la guitarra Kevin o Nene Cheza, no recuerdo, y cantan con él Javi Pájaro, Cateto, Chema... Entre otros verdaderos cracks, en una hermandad grupal que me emocionó. Allí desgranaron a Paco Alba, se golpearon el pecho de martinismo y nos recordaron a Quiñones de los 90. Imagínense mi cara cuando, ante mí, veo aquel espectáculo. Estaban a gusto, era el carnaval que ellos querían hacer. 

Y este el camino que quería tratar brevemente en este post que se me ha vuelto a ir por otros derroteros, es lo que tiene la escritura en vivo y en directo, ¿tanto se extrañan los aficionados de que pidan un carnaval cada vez menos minoritario? Creo que en Candelaria éramos prácticamente los únicos de fuera, más o menos. Era sábado y la gente allí congregada parecía agradecer ese momento de intimidad, de recogimiento, que les permitía cantar con total libertad lo que buena les apetecía. Sin duda, creo que eso es lo que pedían, más que eso de que la gente no fuera. Querían esos momentos de magia que solo dan el alcohol y el buen rollo, la memoria del carnaval y la hermandad grupal. Fuera de esas masificaciones de irrespectuosos, que no solo no se callan, sino que interrumpen, intervienen, molestan y ofenden a unas personas que se han criado en eso, que han mamado ese carnaval. 

De Candelaria nos fuimos a las 8 de la mañana en dirección al coche para dar una cabezada. Ya apenas quedábamos nosotros, extasiados de arte y cultura, enloquecidos de aquella sencillez coplera, de aquel buen rollo, unos chavales que cantaban al fondo de la plaza más bien que todas las cosas (y casi nos quedamos a escucharlos, pero necesitábamos dar una cabezada) y el postulante de Los originales. No me pregunten por qué, pero solo les diré que me despidió con un abrazo que casi parecía familia. 

Después de mover el coche a lo que parecía un aparcamiento (que al final no lo era, lo que conllevó su multa correspondiente), conseguimos dormir algunas horas hasta que nos despertó el calor y las ganas de más. Dispuestos a volver a Candelaria para disfrutar de las actuaciones del tablao, encontramos por el camino a la comparsa We can do... Carnaval. Enloquecido, levanté el puño y grité "¡Vamos!" al terminar uno de sus pasodobles. Las mujeres me miraron con el puño levantado. La noche de antes me había hecho una foto con una de ellas y me había regalado una chapa. Simpática y agradable, se me olvidó preguntarle dónde cantarían al día siguiente, pero la casualidad jugó su papel. 

Sobre el tablao de Candelaria desfilaron infinidad de agrupaciones, volvimos a ver a nuestro amigo del coro de Rivero, comimos tortillitas de camarones que daba la propia peña y nos iba venciendo el cansancio. Pero no nos podíamos ir hasta ver a Los sumisos en el oratorio de San Felipe y allí que nos fuimos justo cuando creíamos que nos iba a derrotar la falta de sueño. Por cierto, escuchamos algunos pasodobles inéditos estupendos, conseguimos más chapas y comimos y bebimos con gusto. Estupendo. Tampoco había demasiada gente y se podía ir a pedir sin demasiados problemas en las tiendas de alrededor. 

Al llegar al oratorio, comenzaba a cantar el coro Tierra y libertad que, realmente, de tan cerca que estábamos, prácticamente parecíamos parte de ellos, también porque ya veníamos directamente de una guerra de coplas que nos había ido quitando energía, aunque nos podía la emoción. Es flipante ver un coro tan cerca, tan bueno, con ese final de popurrí que coreó toda la plaza. La comparsa de Martínez Ares no cantó en la esquina de las escaleras y, aunque teníamos una posición muy privilegiada, tuvimos que movernos hasta lo más cerca de la puerta, pero en la calle lateral, para estar en el meollo. Poco a poco fueron llegando los componentes, con la carga esperable de un público cansado por la espera, y con el final de popurrí nos marchamos hasta nuestra ciudad califal, sabiendo que habíamos asistido a un carnaval único.