viernes, 29 de noviembre de 2019

Especial "Cincuenta sombras de Quiñones". Capítulo II


Ya tenemos Pregonero y dios Momo y a los grupos inscribiéndose y ensayando, así que por fin la actualidad y nuestras agendas nos lo permiten para llevar a cabo este especial que llevamos queriendo hacer desde hace ya más de un año. Y es que Joaquín Quiñones Madera, el autor del barrio del Mentidero de Cádiz, es una figura que merece una revisión especial que nos haga, si no lo hemos hecho ya cada uno de los carnavalitas y carnavalienses, pensarlo y tenerlo en el lugar que su obra merece.

Más allá de guasas, más allá de comentarios a posteriori, Joaquín podría haber sido perfectamente este año nombrado pregonero. Vamos, muchos compañeros y antiguos integrantes de sus agrupaciones ya habían reclamado públicamente que se hiciese. No ha podido ser. Pero su figura, antes de que colgara la pluma hace seis año, es historia del Concurso y como dijo Faly Pastrana: "Se le ha criticado mucho pero Charruas eran ocho pasodobles y todo el mundo cantaba el del bombero así que menos criticar (...) la tristeza, no se qué no se cuanto, pero todo el mundo ha cantado sus coplas así que a callar la boca".
[Entradilla por Ventolero]

El segundo año con la autoría musical de Pepe Martínez se nos presenta la comparsa Orfebres (1986), potente y de estilo costumbrista, del gusto de la afición de finales de los ochenta, Quiñones pone toda la carne en el asador para quedarse en el corte de la final. Pero, ya saben, siempre de esos grupos "cajonazos" se suele recordar algo y no me digan que no han cantado alguna vez la presentación de esta maravillosa comparsa. Por cierto, el vídeo que les enlazamos a continuación es del programa Gente Joven de TVE, un programa de música al que asistían cantantes y grupos de todo tipo. 


El cambio de dirección de la comparsa no fue suficiente para que volviera a tocar las mieles de la ansiada Gran Final. Es Tato, el punteo siempre asociado a las comparsas de este autor, el que se incorpora en el año 87 en la comparsa Clásicos de la música. Empeora los resultados del año anterior, pero pronto cambiaría el rumbo de éxitos de la agrupación:


El año 1988 fue en el que muchos de los grandes autores de la época como Martín, Villegas o Quiñones decidieron no salir. En el 89 dedica una comparsa a la que había sido su trabajo: La fábrica de tabaco. Sin movimientos en el grupo, vuelve a una comparsa de corte clásico, de sencilla puesta en escena, que consigue un cuarto premio que rompe con la mala racha del autor gaditano:


Llegada la década de los 90, la comparsa de Quiñones mantiene su estilo propio con la comparsa Missisipi Club en el que ya se añaden instrumentos típicos de la música de jazz, eso sí, de atrezzo, que ayudaban al espectador a entrar un poco más en una comparsa que tuvo en su popurrí una estupenda selección musical. De nuevo un cuarto premio:


Anónimo gaditano, esa alegoría al Carnaval con gorros de pitos de caña, mangas de plumero y antifaces para la identidad, trajo con su tipo de fantasía una música de pasodoble que aún hoy se canta por su sencillez y su belleza, además de unas letras que dieron bien en el corazón de un jurado que subió de puesto a esta comparsa con respecto a los dos años anteriores, otorgándole el tercer premio:


Fali Mosquera y Ramoni entran a la comparsa de Joaquín Quiñones y Pepito Martínez para hacerse cargo el primero de la dirección y el segundo de la guitarra. Sí, leen bien. Suspiros de Cádiz, una maravillosa obra de arte que solo el carnaval puede darnos, fue la comparsa para este inicio de ciclo, allá por el año 1992. Por supuesto, el primero premio al bolsillo y a disfrutar:


Nuevas incorporaciones como la de Carmelo o Nene Cheza llegan a esta comparsa que, en el concurso del año 1993 sería Pulichinela. De nuevo costumbrismo, clasicismo diríamos, y un pasodoble, de nuevo, para la historia, pero una comparsa tristemente irregular que nos les valió competir por los grandes premios. Eso sí, les voy a poner el pasodoble del burro de esta comparsa que tanto he cantado en noches de disfrute:


Más incorporaciones para la comparsa que parece ir renovándose año a año, concurso a concurso, aunque manteniendo una base que perpetúa el soniquete de la agrupación. Buenísima puesta en escena la de Noche de Falla que sumó para un merecido cuarto premio en un año bastante complicado. 


Verdadera renovación en el mundo de la comparsa esta agrupación que nos trae sonidos uruguayos, indígenas, con unos instrumentos que se utilizan realmente, que se aprendieron a tocar para dar más verdad a un grupo que suena de lujo, con letras de gran nivel y una música que aún no ha salido de la cabeza de la afición. Los Charrúa destronaron a un Martínez Ares que estaba con la fecha verde para arriba los dos años anteriores, con una comparsa más que meritoria. 


Terminamos aquí la segunda entrega de este especial, emplazándoles a la semana que viene que se vienen curvas con, posiblemente, la mejor producción de Joaquín Quiñones Madera, arropado por un grupo que no se volverá a repetir nunca más y que, cuando se escucha muchos años después, aún te atrae como si fuese ayer. 


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