martes, 5 de marzo de 2019

COAC 2019: Gran Final - 1 de marzo

Carnavalitas y carnavalienses, se nos acabó el COAC de tanto usarlo. ¡Porque mira que ha habido días para ello! El Concurso de Coplas más largo de la historia nos ha dejado muchas reflexiones que les traeremos en futuros post, pero el de hoy no puede sino ser una crónica sobre la Gran Final del Gran Teatro Falla de Cádiz (el COAC grande, ande o no ande). Este año nos batimos en duelo de piriñaca -combate amañado más bien, con repartición de las mitades- Ventolero y Bermauntier con nuestros pareceres sobre los repertorios que los finalistas defendieron el día 1 de Marzo. ¿Nos leen y después nos dicen en los comentarios si bien o mal?

Ventolero desde el gallinero -.

La gran noche de las coplas gaditanas comenzó con mis pies enfundados en unos maravillosos calcetines con el emblema del Gran Teatro Falla y con dos homenajes: el primero a Don José Mena, primer concejal de Fiestas del Ayuntamiento de la tacita de plata en Democracia. Tuvo un carácter más documental que el segundo, emotivo por contar con los protagonistas con la piel de gallina sobre las tablas: la chirigota del Love dijo hasta siempre a las tablas. Nos regalaron una gran fiesta de coplas, pura historia del humor gaditano, entrañable de principio a fin. Tal evento merece una publicación que esperamos traerles en las próximas semanas post-COAC.

Pasadas las 21.30 h. dio inicio la batalla de agrupaciones.  Los batallitas comenzaron con una pólvora que me pareció mojada por la intención de sus desarrollos. Amable no fue el primer tango a los aficionados que estaban en el Teatro. Una gran regañina para que cumpliesen el dogma del buen aficionado (según Pardo y el Canijo). Sorpresa cuando hubo una segunda regañina en la siguiente letra: no se puede meter nadie con Antonio Pedro Serrano por amar a Cádiz y tener de madre a Sevilla. Pues muy bien. Dos letras para una final que me dejaron un poco en fuera de juego. En los cuplés se escucho mamazon. Yo que quieren que les diga, me acordaba mucho de ciertos indios. Tras un primer parón entre agrupaciones que hacía presagiar que la noche sería larga (no más que años anteriores, si más de lo que debería ser por naturaleza) llegó el cuarteto de Morera y compañía, que ofreció una parodia en la que salieron en tromba e hicieron las delicias del respetable, unos cuplés expreses marca de la casa en esta edición y un tema libre confeccionado con los mejores momentos de los anteriores pases. Las risas bajaron decibelios y la Brigada Amarilla ponía a prueba al Jurado. Los Quemasangre tiraron de ingenio usando una letra de preliminares para que no se fuera sin sus puntos en este COAC. El segundo pasodoble, inédito, reflexionó sobre el propio Concurso con toda la sorna malintencionada que trae el tipo este año. Gustó aún sabiendo que Selu este año va con una marcha menos de lo normal. El cuplé a Susana Díaz volvió a escucharse para rascar puntos también, y el segundo al cuñado no hizo reír, cosa que sí consiguió Jose Mari con su versión de Freddie Mercury, ahora con piano. Subiela y su trupe de fareros quitaron las barandas a su faro para cantar en escala, con la primera línea sobre la madera. Chapa este año nos regaló en la Gran Final dos preciosas letras: una al amor entre dos personas invidentes, otra a las lágrimas. Y yo me preguntaba: ¿dónde carajo estaban los bimbazos a los estamentos mamarrachos del país aprovechando el foco de las cámaras? Los cuplés, uno inédito a Padilla, no ayudaron a redondear sensaciones. Otro año será para mis favoritos del Concurso 2019. Cerrada la primera tanda, sin descanso, seguíamos con las coplas.

Un nuevo coro, Ópera Cádiz de Nandi Migueles, volvía a hacer protagonistas a los que disfrutaban la Final, en esta ocasión con un tono más amistoso. Pues sí, porque hemos aguantado carros y carretas este año. El segundo, parecía igualmente conciliador pero acabó dándole una cornada a Cataluña que no vi venir. No sé, se le acabó el amor a Nandi. En los cuplés, el propio grupo lo mandaba a hacer un romancero. Al menos trajo los caños cargados con pólvora aunque el disparo, pienso, fue erróneo. Después la culpa pa'l reggaeton: los Daddy Cádi quisieron luchar por su primero con un guiño a Cádiz y su Carnaval de calle, y un segundo de recuerdo a un compañero de la chirigota fallecido. Buenas letras pero que, insisto, en su amabilidad restan puntos frente a otras contundentes. Si a eso le sumamos que en los cuplés hay que destacar el humor de "Méate que yo me oriente" pues... no sé, borderío fuerte que me hizo pensar que no sabían por donde tirar en una Gran Final (este humor está superado hace décadas). Las nuevas referencias a Bienvenido y Tovar en el popurrí, lo más "divertido" del repertorio. Cerró la primera parte la gustosa comparsa de El Marqués de Cádiz, que trajo otro pase de coplas para enmarcar: el primero, al proyecto de La Azotea Azul que aprovechó para culminar con babuchaso al presidente y Susana Díaz. El segundo, muy bonito, a su guitarra a la que abandonan tras el Concurso pero en la que piensan en unos meses. Otra letra que no me quitaba de la cabeza que 2019 era el año de ganar con azúcar glas la final. Cuplés cortitis y popurrí orfidalesco. Y llegó el descanso, que duró prácticamente lo mismo que los parones entre agrupaciones.

· Desde el palco Bermauntier-.

Tras el descanso, que casualmente fue más breve que lo que se tardaba entre grupo y grupo, apareció la frescura del coro La nueva era con dos buenos tangos, el primero a la problemática del obrero que sufre recortes en la Sanidad y por ello pierde la vida; el segundo fue un homenaje a Los Yesterday, de los que se cumplen veinte años, con aparición estelar de algunos componentes para rematar el tango. Muy buenos ambos. No estuvieron nada mal los cuplés, uno de ellos con toque al pregonero bien merecido. Bajoncito del cuarteto del Gago, Este año nos retiramos, con golpes dispersos en la parodia y unos cuplés que no merecieron a los cantados en el resto del concurso, homenajearon a la chirigota del Love que hizo su aparición durante la actuación del grupo. De nuevo peleaban por todo, por supuesto. Aunque Las cosas del destino fue la inesperada de la Final, no desmerecieron para nada en su actuación: buen pasodoble a la ilusión que desde niño lleva al autor a volver a la chirigota y el segundo, aunque repetido de cuartos, a los salarios. También bastante bueno. Más flojita fue la tanda de cuplés que dio paso a un estupendo estribillo. Para finalizar esta parte, apareció la comparsa Los carnívales con fuerza y gusto por igual en una presentación que es de maravilla. Buenas letras de pasodobles, la primera narrando la rutinaria vida de dos ancianos a los que solo les cambian sus anquilosados planes la visita de sus nietos. La segunda, espectacular, un hachazo piropo a Cádiz que solo está a la altura de los grandes autores. Sensacional letra. Aunque el primer cuplé hizo presagiar el desastre en estas composiciones, todo se volvió cuando cantaron la segunda letra de esta tanda en respuesta al cuplé que La gaditanísima le había dedicado en preliminares. Hostiazo carnavalesco que se llevó Aragón totalmente contrapronóstico. 
Aún quedaba una tríada de agrupaciones para cantar, ya pasadas las 5 y media de la mañana. Comenzó el coro Los del patio que cantó dos buenísimos tangos: el primero a las mujeres maltratadas en base a las frases que dicen los maltratadores. Original. El segundo fue a las cosas que son realmente importantes mientras estamos vivos. También sobresaliente. Cuplés de coros que dan paso a un popurrí que mantiene el placer de la escucha del primer día. El grupo es espectacular. Apareció después La maldición de la lapa negra con el primer pasodoble cantado en preliminares pero dándonos igual que eso fuese así (y es que yo siento aquí una cosiquitiquita), pero el segundo nos hizo llorar cuando el propio Manolo Santander cantó un pasodoble dedicado a la mierda de enfermedad que lo ha atacado. Buenísimo pasodoble y llanto grande cuando el grupo terminó. Estos momentos son espectaculares. Irregular tanda de cuplés, mejor el segundo que el primero. Siendo más de las 7 de la mañana hizo su aparición La gaditaníssima de Juan Carlos Aragón que volvió a desgranar su repertorio al margen de la hora, como si fuesen las 10 de la noche. Cómo suena, chaval. Buenísimas letras de pasodoble para pelear por lo máximo: la primera a la inmigración y cómo mueren en los mares cientos de personas. Crítica dura made in GuanCarloh. El segundo a la alegría y el compromiso que con ella tiene Cádiz. Poesía y maravilla. Así sí. Primer cuplés a la babucha que se ha llevado con su chirigota y el segundo a Podemos. Flojos con respecto a lo escuchado en otros pasos. 

Y tras la actuación de la última, ya habiendo amanecido, el jurado se hizo de rogar para entregar los premios:



Ahora pueden opinar lo que buenamente crean conveniente, nosotros también lo haremos a lo largo de una serie de post analíticos sobre el COAC 2019. Por lo pronto, no se pierdan la primera pieza que traerá ElAfilaor el sábado. Nos seguimos leyendo. 

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