sábado, 25 de octubre de 2008

El Carnaval

- [...] a mi el carnaval no me disgusta pero tampoco es que me apasione. Pa' que nos vamos a engañar.
- Weno, es un mal que se te pue' curar [...].

No era la primera vez, ni será la última, que tenía un diálogo similar al que hoy les traslado aquí. Sucedió de pronto, en mitad de una conversación el pasado domingo, ya pasada la madrugada hacia el lunes, entre una chiquilla y un servidor (refinada, para que la comprendan aquellos ajenos a los “q” y demás abreviaturas modernas):

- [...] ¿...y cuál es el tratamiento para curarlo según tú?
- Eso depende de si el enfermo se quiere curar, porque es la única enfermeá que no mata... pero te hace 'tar algo menos lleno, así como triste.
- A ver, dime, dime.
- Total que te qui’es curar. Veamos, la terapia tiene que empesá flojita, en pequeñas dosis, de la última medicina de este mismo febrero, y del anterior a lo sumo... siempre aconsejada por un médico entendido (que no enterado). Si la medicina hace efecto, y se nota mejoría del paciente, entonces este mismo le pedirá al medico nuevas dosis, mas avanzadas en nivel y tiempo...
- Ajam...
- Así, poquito a poco, uno se va haciendo carnavalero... va haciendo oído y va entendiendo esa "música que, verás, que será mu' bonita, pero yo es que no entiendo mu' bien porque le gusta tanto, porque hay letras que ni las pillo...". Esa frase se irá al carajo, pa' siempre. Y olé.
- Olé.
- Las ultimas dosis del tratamiento conllevan la visualización del concurso, el viernes de la final, y posteriormente ir devorando webs, blogs, foros... y un largo etc. (aunque nuestro blog esta del carajo para (des)informarse, aviso).
- Lo tendré en cuenta, si señor.
- Pues nada, la esperamos pronto por nuestra clínica.
- Estupendo, ya me encargaré yo de pedir cita [...].

Quizás este hubiera sido un post para haber iniciado el blog, y no aquella gamberrada acerca del colorao, que por otro lao, bien sirvió para anunciar por donde irían los tiros en esta casa de locos (y cuerdos). Pero dejando esto a un lado, es así como un servidor puede explicar lo que es el Carnaval de Cádiz: es una fiesta, de otra ciudad, dónde cantan... eso sería lo fácil. Y palabrería barata.

El Carnaval es encender el ordenador, irte al reproductor, y tener tu ración carnavalera diaria. El Carnaval es esperar once meses, que llegue el número doce, que no es diciembre precisamente, sino febrero (o enero). Es compartir cantos en mitad de la calle y que te conozcan por el que da por culo en la avenida a partir de las doce con Carnavales. El carnaval es mucho más que la fiesta de los de allí (que lo es también)...

Es hartarte de llorar de pena con la "Trova a Blancanieves" de Martines Ares, o de amor con el "Yo me enamoré de ti" de J. C. Aragón, o que se te erice el bello con el "Si no es contigo" de Tino Tovar. Es hartarte de reír con el "Antoniaris, que te creía que no iba a venir... ja-ja-ja... po' te joes que ya'stoy aquí" del Libi, acabar desencaja’o con el arte del Love senta’o en su pupitre o aprenderte de pé a pá el popurrit de los reyes de Los Carapapas...

Es volver a enamorarte de una comparsa que hace bastantes meses que no escuchabas, como me pasa a mí en estos instantes con "Las estaciones" de Zubiela & Co.. Es descubrir como si fuera un tesoro la chirigota de "Los otros" del Remolino, y decir, ostia que pedazo de presentación y que arte de cuplés... es dormirte, de camino a la gloria, con el arte de cualquier comparsa de Antonio Martín.

Es abrir el balcón de tu casa, escuchar pasar un coche con carnaval, y decirte a ti mismo "Ahí va uno de los míos". Es ser extranjero en los dos lados, allí por ser de aquí, y aquí por querer tanto todo lo de allí. Es darte tu primer baño en la playa de La Caleta y, como ahora mismo me está pasando, emocionarse.

Es entonces, cuando doy gracias, porque haya en la vida gente que no le guste el carnaval y se me crucen... y acaben cantando conmigo en cualquier rincón, y sea un loco más. Bermaun, tenemos que volver a cantar picha...

Por eso al carnaval no me gusta defenderlo como la enfermedad de la que tanto han hablado, sino como una cura: pa' tus males y bajones, pa’ enriquecerte artísticamente, para compartir con quien más quieres, y para despedirte si se tercia con ese pasodoble que tanto os ha unido... como el que desde hoy, y hasta el próximo sábado, estará "en nuestro MpTré" (arriba a la derecha), y que espero, escuchen y nos una.

Hasta el próximo sábado, carnavaleros.

3 comentarios:

Gonzalo dijo...

AMÉN

MaRíA dijo...

Gracias por este post, me habeis hecho feliz, como me hace feliz cada vez que veo que no estoy tan "loca" como creia, bueno, o a lo mejor si lo estoy, pero no estoy sola, y como ya dicen... mal de muchos... consuelo de locos... o era de tontos? jajaja, da igual.
La cosa es que quien lea este post y acabe sonriendo, mejor que pida cita a ese doctor para conseguir su dosis de cura, porque una vez que empiezas, es un tratamiento de por vida.

Anónimo dijo...

Gracias Ventolero, porque yo fui una de esas personas a quien no le gustaba el carnaval y se cruzó contigo acabando por cantar contigo en cualquier rincón, bien lo sabes.