Hace relativamente poco, el autor de coros este año en barbecho publicaba un inquietante artículo en la Voz de Cádiz que hacía saltar las alarmas del aficionado carnavalesco. Aquí se lo pego:
Consecuencias de un jurado extraño
NANDI MIGUELES
Que el concurso pasado fue raro es un comentario que se ha escuchado en
muchos mentideros carnavalescos. Que el pase a la final y el fallo del
jurado ha sido inverosímil, también ha sido la coletilla en muchos foros
de la fiesta. Estas anómalas definiciones, son debidas en parte al
descontento general en la clasificación final de los grupos. Ha habido
agrupaciones que ocupaban posiciones tan bajas en la tabla, que no se
correspondían ni por asomo con su calidad artística. El malestar general
por ello ha tenido este año alguna que otra consecuencia. El cuarteto
de Gago y Cossi, tras ser ninguneado un año más, está considerando si
vuelven a salir. Luis Rivero, tras venirse abajo las perspectivas del
primer premio que en muchas quinielas le auguraban, expuso en la prensa y
en las redes sociales que quizás no salga el próximo año. Tino Tovar
fue tan vapuleado en la clasificación que deja muy dubitativa su
aparición. La comparsa de los hermanos Márquez, que salió claramente
perjudicada por una interpretación nefasta del reglamento, llega a
cuestionarse y en caliente, su salida venidera. La de Bienvenido no
realizó comentarios pero fuentes cercanas a ellos hablan de tal
decepción, que podría acabar con la continuidad de su comparsa tal como
la conocemos hoy en día. El propio Juan Carlos Aragón cuenta en una
entrevista que no saldrá más con estos tipos de jurados no
profesionales. De Sevilla Pecci se oyen comentarios de todo tipo, que
disuelve el coro a pie, que se marcha a a otro coro o incluso que va a
volver a la comparsa. Podría nombrar a tantos descontentos con el jurado
del concurso pasado que no acabaría este artículo. El popular cuarteto
de Heidi, la comparsa de Quiñones, el coro de Paco Mora, la comparsa El
Gavilán, la del Puerto, la de Barbate, Las Cigarras, Los Embaucadores la
de Catalán, la chirigota de Remolino.
Las consecuencias de un jurado extraño y un fallo insólito pueden ser
desastrosas para el futuro de muchas agrupaciones y nuestro concurso. Si
cuidamos la elección del jurado cuidaremos el concurso.
La parodia de este año, según leemos, ha llegado a colmar la paciencia de unos participantes que, no nos engañemos, nunca suelen estar contentos, por regla general, con el resultado final del concurso pero eso no quita que su parte de razón lleve.
Si se cumple el pronóstico de Nandi Migueles puede que el concurso que viene decrezca en calidad (aún más) hasta puntos insospechados, diríamos históricos, que seguro que harán que el aficionado se dé un año de descanso o que preste menos atención a los autores que se queden. Cuidado porque estas cosas nunca suelen llegar a buen puerto y si llega lo mismo termina como el Vaporcito y hay que rescatarlo de las aguas cuando buenamente se pueda.
La herida abierta en el orgullo de varios autores de distinta modalidad es el resultado, ni más ni menos, de un año risible casi en sus posiciones. Esperemos que esto no sea cierto y que todo termine en nada y si mal termina esperemos que el aficionado se recompense de una competición menor y mucho más clara que la que hemos tenido este año. La frustración de un autor puede hacer mucha mella de un año para otro.
Parón semanasantero
Hace 3 días
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