martes, 6 de noviembre de 2018

Especial "Cincuenta sombras de Tino". Epílogo

 
Nos parece de justicia hacer un epílogo a Tino Tovar para cerrar este especial que le hemos dedicado. Sin duda, durante estos cinco artículos hemos ido desgranando toda la obra del autor, el mismo que, por cierto, tiene una de las mejores famas en el duro mundo de las amistades del carnaval. Si alguien realmente es un caballero parece ser el que nos ocupa y por eso el cariño y la tristeza se han extendido tanto.
En el Carnavalea, ese invento en el que los autores hablan de sus obras o no, algunos conocidos que lo vieron en una de sus visitas me contaron que "se moja poco" supongo que a lo que el chismerío se refiere. También que tendía a hablar bien de sus compañeros y que en estas sesiones cara a cara les valoraba lo bueno que tenían cuando se les preguntaba por ellos. Parece además que ha hecho amigos de verdad que no solo son de concurso en concurso, y es que el carácter de Tino Tovar siempre se nos ha descrito como el de alguien afable, tímido pero de gran corazón. Así, ex directores de sus comparsas como Ángel Subiela siempre han dirigido hacia él alabanzas superiores que lo ponen a la altura de los grandes. Pensamos, de manera muy particular, que para escribir cómo lo hace es necesario que sea así. 

Fue el 2014, cuando lo nombraron Rey Momo, cuando se le dedicaron varias coplas de las que vamos a destacar dos: la de OBDC. Monstruozzz y el de Óyeme, ambos de autores muy jóvenes que, además, se notó ese año en sus repertorios que habían bebido de él. 



Con el pasodoble que el Canijo le dedicó en semifinales, en la que después de una loa maravillosa y la descripción de una historia carnavalesca y personal juntos, pedía que fuese el pregonero, parecía que se cerraba un círculo porque la música de esa chirigota este año la hizo su antiguo director: Jesús Bienvenido:


Parece que Quique Remolino lo tenía guardado para dedicárselo en una hipotética final a la que no llegó, quedando a las puertas. Emotívisimo pasodoble que también es reflejo del cariño que se ve que le profesa. A mí el final me pone el vello de punta:


Pero queremos terminar este epílogo con un pasodoble de La canción de Cádiz, comparsa primer premio, que le dedicó a su esposa, su musa como dice en letra. Porque sabemos que Tino quiere y necesita un descanso para dedicarse a otras cosas, sobre todo a una familia que, seguro, le pedirá un momento de reflexión, también para aclarar las ideas, coger un nuevo impulso. Nosotros no le vamos a pedir que vuelva pronto si no que vuelva cuando le dé la gana, pero que vuelva para hacernos vibrar con sus composiciones que tanto nos gustan. Lo estaremos esperando con las puertas del blog abiertas:


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