martes, 3 de abril de 2018

El público... NO ES DE CÁDI



Con este pasodoble acabó su tanda de cuartos el chirigotero José Antonio Vera Luque, primer premio de este COAC 2018 y, posiblemente, una de las agrupaciones más vapuleadas por el público en general en base a no sé qué gustos. Los nuestros propios, subjetivos, en base a criterios, como comienza diciendo en esta letra. Pero lo más importante es cómo con ironía supina  va desgranando en lo que se ha convertido el público del Falla que no es solo que sea de Cádiz sino que parece, directamente, de Finlandia.
Parece que no somos, desde este rincón foráneo de la Tacita, los más apropiados para hablar de lo que consideramos una relevante lacra que está incluso influyendo en el devenir de un concurso que parece arrastrarse entre gloria y penas, entre redes sociales y aplausos fríos, entre bocadillos y culos que no se levantan de su butaca. 

Y es que mientras veíamos/escuchábamos el concurso nos dábamos cuenta de diferentes situaciones que nos hacían sonrojar en unas preliminares que, ya per se, lo consiguen casi solas: público traído por las agrupaciones a niveles desorbitados, gente liándola mientras cantaba la suya incluso cuando había comenzado el punteo, fríos recibimientos a agrupaciones de alto nivel, jaleos inapropiados, respeto a agrupaciones que se lo faltaban... Pero, ¿en qué se ha convertido el público del Falla? Parece que van a tener razón los que se quejaban de la creación de una especie de parque temático a partir de la Fiesta Gaditana y es que esta sobreexposición parece haberlos llevado, en este 2018, a la demostración empírica de que por ahí no. Entonces vienen las letras como las que abre este post, o declaraciones de autores y directores conocidos, o la taberna twittera diciendo que menudo público. Bueno, pues sí. Pero quedaba el consuelo de que era preliminares.
El problema vino en cuartos cuando la cosa fue a peor: el público no solo estaba frío, parecía drogado. Ante el estupor de las agrupaciones concursantes, las reacciones se hacían de manera pública: ¿Qué está pasando? ¿De dónde vienen? ¿Campeones, campeones todo el rato? Pienso la que podrían haber liado hace algunos años a chirigotas como En la ciudad de Cádiz, siendo las... o a la chirigota de Murcia y se me hace la boca agua. En cuartos, cuando esto sucedía se piraban. Pero es que se piraban con coros y agupaciones de las esperadas. ¿Para eso dejas fuera a alguien con afición de verdad? Pues sí. Es que quizás en eso está el problema: la afición. En Cádiz, y parte de los que no somos de allí, tenemos una afición tal que somos capaces de tragarnos el concurso de principio a fin sin quejarnos, comentando, aportando, discutiendo, y otros solo ven la suya y se creen que se han inventado a algún contralto. España es país de opinión sin conocimiento y esto de la Cultura pues se da de una manera bastante amplica: ¿qué capacidad tienes para discernir si un poema de Miguel Hernández es bueno? ¿Un cuadro de Miró? ¿Una película de Almodóvar? Todos sabemos, todos creemos saber y todos nos vemos obligados a ir por mero postureo, palabra que odio pero que en esta Fiesta ha quedado como paradigma del asqueroso público de cuartos. Pero el público de esta sesión venía de fuera, siempre vienen de fuera en la segunda parte del COAC2018. En semifinales fue la debacle.
El público no respeta los coros, el público no respeta los cuartetos, el público no respeta las sorpresas del concurso, el público no aplaude los pasodobles de nivel como si tuviesen que partirse las muñecas, el público no ríe ante buenos cuplés... ¡Pero gritan campeones! LA MIERDA.

Y, ¿cómo lo arreglamos? Pues creando afición, sin duda alguna y eso no debe partir de unas agrupaciones que ya se parten el pecho cada año para sacar algo digno, de calidad, algo que no les falte el respeto. Parte de cada uno de nosotros y nosotras, desde el conocmiento, desde la educación y la enseñanza. Poneos las pilas o quedaos en vuestra casa.

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