martes, 23 de abril de 2019

Somos miserables

Nuestro post de hoy iba a tratar otro tema mucho más cercano, pero hemos virado a hablar de la miseria humana que la sociedad está reflejando con cada uno de sus actos. Lo último en el carnaval ya no es mandar los pasodobles por mensaje de audio, es, directamente, hablar de la salud de unos y otros sin ningún tipo de reparo. 

Seguro que ustedes recibieron a lo largo del día de ayer diversos mensajes de audio por Whatapp que hablaban de algo tan delicado como la enfermedad de dos queridos y reconocidos autores del carnaval gaditano, seguro que ustedes también lo escucharon y, con perplejidad, decidieron pasarlo a otros grupos para que sus amistades conocieran tan sufrido trance. Seguro que ustedes entraron en las redes a preguntar a voz en grito, en público quiero decir, si todo era real o  no. Seguro que recibieron un montón de información al respecto. 


Porque la cuestión no es que sea falso o no, que ojalá lo sea, sino que tenemos tan poco pudor que comentamos este tipo de noticias con total tranquilidad, no sabemos si desde la admiración o el morbo, sin ver demasiado claro si tiene familiares, amigos, personas al fin y al cabo, que puedan sentirse dolidos, ofendidos y molestados por la serie de barbaridades que pueden llegar a decirse por redes. 
Qué decirles de esa cabeza llena de mierda que hace público el audio de un grupo, o esa persona del hospital que en confianza dice que sí, que todo es cierto. Y esa persona afín a la familia que tiene que salir a desmentir, ¿qué?

Hay que ser miserable para hacer eso con personas que supuestamente admiramos y queremos. Eso no es carnaval, eso es carnaza y basura para buitres que necesitan llenar su vacía vida de informaciones tan delicadas como las que se trataban. De vergüenza. 


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