martes, 3 de noviembre de 2009

Con la iglesia hemos topado

Diferentes pasodobles de carnaval han ido dedicados a la iglesia "a cuchillo", a darle en el cuello. O no específicamente a la iglesia pero sí a todo eso de las vírgenes, las romerías y los follones que se montan. Si la iglesia (y es la tercera vez que lo pongo en minúscula) vendiera todo lo que tiene África saldría de la pobreza. Naturalmente, la mayoría de las cosas son incunables.
He aquí un video repaso a esos dedicados a todo esto que les enumeraba. No pienso herir susceptibilidades, están ahí y hay que comentarlos. Yo lo haré:
Comencemos por el más típico de ellos que es el que Martínez Ares dedicó a la iglesia en general a raíz de unas declaraciones del Santo Padre (el Papa, the Pope en inglés):


Continuamos con el genial pasodoble de La niña de mis ojos, del mismo autor, Déjese de sermones, una nueva vuelta de tuerca al más que utilizado tema del que hoy les hablamos. Un pasodoble que gusta desde el principio, empieza duro y directo, sin tapujos, y termina como debe terminar un pasodoble, doliendo, matando.


La comparsa La cuadrilla, de los hermanos Carapapas, también dedicó a los curas un pasodoble de esos que tanta razón me parece que tienen. Me pareció sorprendente es la historia de siempre: curas que se manifiestan como borregos pidiendo algo que a ellos ni siquiera les inmiscuía. Era miedo, supongo.


Los mostru, genial e infravalorada chirigota de Vera Luque, dedicó un pasodoble a los Rocieros, a los de mentira que, parece ser, le valió un pase a la final que ese año estaba más que disputado. No pasa nada, ellos lo cantaron y razón no les falta.


Los Veteranos del Vietnam cuentan la historia típica, quizás es la crítica menos trabajada pero no por ella menos cierta. Es duro, pero no tanto y todavía podríamos atrevernos a tararearlo delante de una iglesia sin temer a que nos caiga un rayo. Este pasodoble trata una temática que se viene viendo desde el siglo XVI en la Literatura española aunque, naturalmente, de otra manera.


Y cerramos este post con un pasodoble de Juan Carlos Aragón de la comparsa El golfo de Cádiz. Una dura crítica a la iglesia por el cauce del amor homosexual, un remate genial.


Seguro que este tema está muy trillado pero siempre se le puede seguir dando una vuelta, otra vuelta más... Así, historias para contar alrededor de esto hay bastantes y algunas muy interesantes. Otro día seguiremos con más pasodobles temáticos. Lo que no sé es cuando.

Nota: acabo de corregir. Disculpen los lapsus.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Os sigo a los dos en este blog. Buen post si señor, además de un tema tan real como intersante. Ahora eso si esta un poco desordenado enn? jeje y el pasodoble a los rocieros falta. bueno un saludooo!! salud!