jueves, 8 de diciembre de 2022

Oda al pregonero Joaquín Quiñones (IV): la década del prodigio

Siempre se dijo de Joaquín Quiñones que tenía que ser pregonero, que como él le había cantado a Cádiz pocos lo habían hecho, que más allá de la carga pertinente estaba el poeta gaditano que tantos placeres había entregado a la afición desde los años setenta, que no tenía nada que envidiar a nadie. Efectivamente, se le propuso en el 2022 y dijo que no, que él quería hacerlo en un año corriente, y así será este 2023, día en el que por fin llegue a nuestros oídos el texto que el gaditano preparará para hablar de su amor al carnaval, parte indivisible de su vida, y con el que aún sigue ligado, de otra manera que no es la de la escribir una comparsa, la de traernos letras espectaculares cantadas por grupos que quitaban el hipo, vestidas con músicas de los mejores de su tiempo. 

Por fin, Joaquín Quiñones Madera, amante de Cádiz, poeta incombustible, dará el pregón que inaugura la fiesta que más nos gusta, seguramente en la plaza de San Antonio, como mandan los cánones, y arropado por una antología hecha expresamente para la ocasión, con los que mejor cantaron sus coplas. Pero mientras llega, en esta serie de post vamos a repasar su trayectoria:

Entradilla de Bermauntier 

Cuando Joaquín Quiñones puso sus pies en el año 2004, seguro que ni por asomo imaginaba que sería el comienzo de su última década como autor de coplas gaditanas. Más si cabe, cuando regaló a la carnavalería una obra de arte como La Carcel Vieja donde, tras un tipo y una puesta en escena sencilla, todos parecen estar en estado de gracia desde la propia presentación: música –donde firma Nene Cheza en coautoría con Noly–, componentes y, por supuesto, autor. ¡Qué barbaridad!

"¡Qué sabe la gente si eres paraíso!" cantaba al año siguiente su comparsa La Atlántida...?, una agrupación distinta en lo visto en los útlimos años de Quiñones, apostando por la fantasía (Aguja de Oro de 2005) pero repitiendo su buen gusto y tronío en todo el repertorio. Tercer premio y sin quitar el pie del acelerador, continúa en 2006 su recorrido triunfal con La Caldera. De nuevo, una idea cercana y realista, que da todo el protagonismo a las voces y lucía como nunca su línea de segundas y tenores con la incorporación de Vicente Lázaro "Lali", alza al autor y su grupo hasta lo más alto.

¿Habían tocado techo? No para los contrabandistas de La Playa de los Secretos, un segundo premio y una delicia de comparsa con la que los buenos aficionados disfrutamos aquel 2007, que seguía vendiendo los pasodobles de Noly como ninguno.

En 2008 la música vuelve a ser cosa de Noly en solitario tras la marcha de Nene Cheza, que junto con la salida de otros miembros abren la puerta a la incorporación de caras nuevas: Antonio Guerrero "El Piojo", Jose Manuel Martínez "El Taka" o Javi Otero. Ese año, Joaquín Quiñones firma El Mercado de las Maravillas, una idea más luminosa que logra un agridulce 1er Accésit. Al año siguiente, Ramoni y Noly encabezan una nueva ola de cambios, quizás demasiados en tan solo dos años. Sus repuestos no fueron moco de pavo: Jose Luís Bustelo firma la música junto a "El Taka", algo que se nota en el grueso del tono del repertorio, y que con las incorporaciones de Rafael Figuier o Hugo León refrescaron su sonido. El resultado fue La Pensadora Gaditana, 2º Premio del año 2009 y la última vez que Joaquín Quiñones Madera pisó la final.

La caja de Pandora fue una de las mejores comparsas de su año, sin duda alguna. Su teatralidad en el arranque, su poderío coral en todo el repertorio, aquel último pasodoble de semifinales firmado por Quiñones que defendía su poesía... No les valió para pisar una final cuyo pase se cobró caro aquel 2010, año en que la categoría cumplía 50 años. Al año siguiente, nuevos cambios para la comparsa La Corona y uno sobre todos: Noly vuelve a firmar la música de la comparsa. Rafa Piñero también ganó protagonismo acomodándose en la primera fila tras la salida de "El Piojo" y "Fali" Figuier. ¿Resultado? De nuevo, semifinalista.

Pero no se arrugó: hace una década Joaquín Quiñones presentó sobre las tablas del Gran Teatro Falla El Chaparrón, una de sus ideas más luminosas y especiales–sin duda influenciada por el sello de su nuevo músico, Juanma Romero Bey, que empapapa desde la presentación hasta el tipo. Los cambios no terminaron ahí: "Caracol", figura histórica de la comparsa, se despidió junto a otros miembros de la comparsa. Ni los fichajes ni la propuesta lograron conseguir mejor suerte que sus últimas dos comparsas. Y si aquella agrupación se denominó como peculiar o diferente ante la distancia que cogía con el resto de obras del autor, la de 2013 rompió todos los esquemas: Los Peleles del XXI. Un tipo extraño pero guerrillero, que partía de un juguete del siglo pasado, desconocido para gran parte de las nuevas generaciones, le servía a Quiñones de vehículo para explotar y no dejarse en el tintero nada antes de despedirse.

Joaquín Quiñones Madera dejó de cantarle a Cádiz aquel febrero, con una idea que enfrentaba al pasado con el presente y el futuro, casi una metáfora del propio Joaquín y la evolución del Concurso, del que siempre ha dicho que ha cambiado tanto que ya no tenía cabida en él como autor. Han tenido que pasar otra década para que lo volvamos a escuchar sobre las tablas: el 18 de febrero en la plaza de San Antonio. ¡Hasta pronto, Pregonero!

No hay comentarios: