martes, 20 de abril de 2010

La realidad social (III): El rey del mambo

Específicamente considero a uno de ellos el fiel continuador de la estirpe que comenzara Martínez Ares con aquellos pasodobles que más que críticas, llevaban historias.
No hace mucho, mi amigo Manuel me dijo: eres un tovarista, y la verdad es que no fui capaz de decirle que no. Me encanta su forma de escribir y su forma de hacer músicas es por eso por lo que hoy dedico este post al que considero el verdadero rey en este tipo de pasodobles. El inigualable: Tino Tovar.
Una pena que el grupo de este año no acompañase del todo al comparsón de Tino y es precisamente por este hecho por el que creo que el autor ha usado mucho esto que ya se puede considerar su arma más poderosa: los pasodobles sociales. No los he contado todos pero aquí los veremos y los comentaremos en un momentito. Posiblemente, la idea le haya reportado bastante del éxito que ha tenido en el COAC pero creo fehacientemente que el tipo de pasodobles que ha traído este año ha ayudado bastante al buen puesto en la clasificación de semifinales.
Sin más dilación vamos a empezar por el primero de ellos.
Podría ser considerado como otra versión de ese grandísimo Quédate conmigo que ya cantaran Las Estaciones allá por el 2004. Y la situación es la misma: un hombre bebe en un bar donde un amigo lo encuentra. En este caso no es el protagonista, sino el receptor, el que cuenta la historia.


La verdad es que es acojonante el bisturí que tiene este Tino para poder ponernos el vello de punta. Es como una sensibilidad especial la que tiene para poder sacar de nosotros sentimientos con historias que ni nos rozan pero son cosas tan cotidianas que es que capaz de hacer que te rocen. Una historia normal que se podría encontrar cualquiera, que podrías vivir tú mismo o un amigo, o un hermano... Quién sabe.

Este que verán a continuación es el pasodoble que este año ha conseguido hacerme saltar las lágrimas. Además es un pasodoble social con las medidas justas: historia social que lleva implícita una crítica demoledora. Vean que ahora seguimos:


¿Ven lo que les decía? No me extrañaría para nada que un pasodoble de esta envergadura se quedara en la memoria colectiva de todos los aficionados. En la mía está ya desde luego. Es brutal esa naturalidad con la que cuenta una historia tan repugnante que a veces roza el patetismo más absoluto. Es una noticia que podemos ver en la televisón, ¿cuántas residencias no habrá así? Normal que se nos pongan los pelos de punta. Y no es solo eso, es la descripción de la soledad, de lo que ella fue y ya no es pero porque no la dejan, porque sabe que recibirá castigo si planta cara... Es una historia extrapolable a tantas otras personas que me emociona cada vez que la escucho.

El tercero es el pasodoble que, posiblemente, podría haberle abierto la puerta a una hipotética final que mucha gente esperaba. Yo no pero porque tenía otro tipo de carencias.


Ya lo dice el propio Manolo Casal: es original. El tema este año no ha sido tocado (o al menos yo no lo recuerdo), sí años anteriores. Es una historia que también podemos ver en la televisión, una historia de lucha, superación y aceptación que Tino es capaz de desgranar con dulzura pero con precisión, de nuevo.

Y así terminamos esta serie con parón en medio pero no duden si algún día vuelvo a sacar el tema. Por lo pronto, espero que hayan disfrutado de estas breves reflexiones y videos y que sepan un poco más los que aún no sabían mucho. Por lo pronto me despido por hoy amenazando con volver el martes que viene y hablando sobre eso que se llama El carnaval en julio. Porque los de fuera también tenemos opinión.
Buena semana.

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