- Ares María Pur...
- ¿Cómo?
- Perdón, Ave, Ave María Pur...
- ¡¿Cómo?!
- Joe... "El sol de una mañana de gloria y vida..."
- Ves, cuando queréis...
- Es que no me acostumbro al republicanismo a este nivel.
- Pues es lo que hay, si no... te vuelves a tu antigua parroquia.
- No, no. Además, que ya me han buscado sustituto.
- Bueno, bueno, no te apures José Ramón, tu acicalamiento pondrá la guinda al estilo enrevesado e incisivo de mi agrupación, en la profundidad del nuevo universo en que me encuentro sumido y del que emanará el...
- Esto...¡¿Qué?!
- Que eres el pelotaso de la comparsa Ramón.
- Ya cojones, pero es que te enrollas y...
- El último que me dijo eso...
- ...el último que me dijo eso acabó cantando en un coro...
- ¿Ya te lo he contado a ti?
- Si Juanca.
- Bueno, pues eso. Que verás que bien te lo vas a pasar aquí, que no se si te habrán contado, pero es todo alegría, jijis y jajas... ¡la alegría llegó hace dos carnavales a mi comparsa!
- Si, sois la juerga padre vamos... por lo menos hasta final de verano, que luego se van ligeritos.
- Hombre, es que ellos quieren irse, y nosotros no vamos a obligar a nadie a quedarse.
- No, no, si no los obligáis no...
- José Ramón, ¿que te pasa?
- No, nada...
- ¿No te gusta el pedazo de nombre que llevamos este año?
- No, no es eso...
- Ramón.
- Bueno verás, es que a mi me gustaba mucho eso de hacerme mis solitos en los momentos melodramáticos del pasodoble. Y aquí veo que se forman unos pitotes de voces, to's gritando, un guirigay que...
- ¿Cómo?
- Joder... tus comparsas se caracterizan de contener una coral de voces que en su barroquismo creo no poder destacar lo que me gustaría.
- Ves, cuándo se habla bien. ¡Aish, Ramón...!
- Juan Carlos, no te vayas por las ramas que te mando al carajo el confesionario pero ya.
- Bueno, bueno Ramoni. No te pongas asín, que yo te hago pa' ti una cuarteta entera, pero no muevas más el habitáculo.
- No, si a mi me da igual. Pero...
- Siiiii, le voy a dedicar un pasodoble a cada muerto importante de los últimos cuatro meses antes del carnaval.
- Gracias, lo necesitaba.
- Todo sea por el bienestar de mi grupo (y el año que viene al carajo).
- Eso Juancar, ya verás que bien va a ir todo (y en cuánto pueda, me vuelvo con Quiñones).
- Pa' que luego digan las malas lenguas de mi.
- Eso digo yo, que hay que ser malo para decir que no escribes ya buenos cuplés...
- Con tus muelas toas.
- Igualmente cabesa. Y deja de decir "Bueno, bueno...", que mucho vocabulario y tanta tontería pero eres más cansino...
- Que si José Ramón, que te's quiero tela.
- ¿Cómo?
- Perdón, Ave, Ave María Pur...
- ¡¿Cómo?!
- Joe... "El sol de una mañana de gloria y vida..."
- Ves, cuando queréis...
- Es que no me acostumbro al republicanismo a este nivel.
- Pues es lo que hay, si no... te vuelves a tu antigua parroquia.
- No, no. Además, que ya me han buscado sustituto.
- Bueno, bueno, no te apures José Ramón, tu acicalamiento pondrá la guinda al estilo enrevesado e incisivo de mi agrupación, en la profundidad del nuevo universo en que me encuentro sumido y del que emanará el...
- Esto...¡¿Qué?!
- Que eres el pelotaso de la comparsa Ramón.
- Ya cojones, pero es que te enrollas y...
- El último que me dijo eso...
- ...el último que me dijo eso acabó cantando en un coro...
- ¿Ya te lo he contado a ti?
- Si Juanca.
- Bueno, pues eso. Que verás que bien te lo vas a pasar aquí, que no se si te habrán contado, pero es todo alegría, jijis y jajas... ¡la alegría llegó hace dos carnavales a mi comparsa!
- Si, sois la juerga padre vamos... por lo menos hasta final de verano, que luego se van ligeritos.
- Hombre, es que ellos quieren irse, y nosotros no vamos a obligar a nadie a quedarse.
- No, no, si no los obligáis no...
- José Ramón, ¿que te pasa?
- No, nada...
- ¿No te gusta el pedazo de nombre que llevamos este año?
- No, no es eso...
- Ramón.
- Bueno verás, es que a mi me gustaba mucho eso de hacerme mis solitos en los momentos melodramáticos del pasodoble. Y aquí veo que se forman unos pitotes de voces, to's gritando, un guirigay que...
- ¿Cómo?
- Joder... tus comparsas se caracterizan de contener una coral de voces que en su barroquismo creo no poder destacar lo que me gustaría.
- Ves, cuándo se habla bien. ¡Aish, Ramón...!
- Juan Carlos, no te vayas por las ramas que te mando al carajo el confesionario pero ya.
- Bueno, bueno Ramoni. No te pongas asín, que yo te hago pa' ti una cuarteta entera, pero no muevas más el habitáculo.
- No, si a mi me da igual. Pero...
- Siiiii, le voy a dedicar un pasodoble a cada muerto importante de los últimos cuatro meses antes del carnaval.
- Gracias, lo necesitaba.
- Todo sea por el bienestar de mi grupo (y el año que viene al carajo).
- Eso Juancar, ya verás que bien va a ir todo (y en cuánto pueda, me vuelvo con Quiñones).
- Pa' que luego digan las malas lenguas de mi.
- Eso digo yo, que hay que ser malo para decir que no escribes ya buenos cuplés...
- Con tus muelas toas.
- Igualmente cabesa. Y deja de decir "Bueno, bueno...", que mucho vocabulario y tanta tontería pero eres más cansino...
- Que si José Ramón, que te's quiero tela.
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