El post de hoy no iba a ser este, mi post del martes iba a ser otro pero no pude actualizar porque el lunes, como a las 16:30 de la tarde recibí una llamada de teléfono de L que me dijo:
- Oye, te recojo a las cinco. Nos vamos a Málaga, ¿no?
- Bueno, dame un rato más que me duche y averigüe la mochila. A las cinco y media mejor.
- Vale, vamos a por D a su pueblo.
Colgué y empecé a hacer las cosas que le había dicho a L. Un poco antes de la hora acordada bajé a la calle y fumé un cigarrillo mientras venía mi amigo. Cuando llegó me monté en el copiloto y nos fuimos a llenar el depósito de gasolina (por supuesto, todo a medias). Una vez camino al pueblo de D a L le surgió la feliz idea de ir a Cádiz a pasar el puente y yo monté en cólera pensando en que no deberíamos ir: no teníamos pasta, no teníamos donde dormir, no había una serie de situaciones óptimas que mis casi treinta años me piden para ser feliz. Creí convencerlo de que no se lo contase a D pero conforme bajó del coche fue lo primero que le dijo. D salió a correr dejando unos cafés con leche a su casa a por más dinero y finalmente enfilamos el camino a Cádiz.
Durante el viaje yo seguía discutiéndoles que no deberíamos ir, que se nos había ido la olla, que no teníamos nada preparado... Me di cuenta por un momento que me había convertido en un burgués y, enfadado conmigo mismo, dije que por qué no iba a ir yo a Cádiz a ver Carnaval. Cojones. Eso sí, me olía mal eso de "los viajes improvisados son los mejores" que de tanto como lo escuché había perdido su magia.
Llegamos a Cádiz poco antes de las 21:30 y tras una vuelta conseguimos aparcar muy cerca del Ayuntamiento. Teníamos batería en el móvil y tras comprar bebidas espirituosas nos decidimos a ir al tablao de la calle de la Palma porque sabíamos que cantaba Ley de vida. Allí nos dirigimos más perdidos que en un laberinto. Mientras vimos a algunas agrupaciones que cantaban a pie de calle. Al llegar estaban cantando Los pastelitos e intentamos irnos a la calle de la Palma para verlos centrados pero había tanta gente así es que volvimos a la paralela donde los escuchábamos estupendamente pero no los veíamos porque había un pequeño tenderete de Cruzcampo que tapaba la vista. D decidió tirar un poco después de pedirle a una mujer que nos pintara los coloretes. Llegaron unos chicos de Chiclana y sus parejas terminaron de tirar del velcro para dejarnos a la vista a la comparsa de Ley de vida. Momento álgido cuando cantaron el pasodoble de la despedida de don Antonio Martín. El silencio era absoluto. Después pidieron Caleta y al ser un concurso tuvieron que consultar si podían cantarlo pero la gente estaba enfervorecida pidiéndola y la cantaron y fue el éxtasis. Yo ya me puedo morir tranquilo. Decidimos seguir buscando sitios para ir ubicándonos por la ciudad y nos encontramos algunas agrupaciones callejeras más. Después de dar una vuelta por la Catedral, decidimos volver al tablao de la Palma y nos encontramos con la comparsa Qué corgaera que vimos cómodamente en cuarta o quinta fila. También geniales. Después de volver a dar unas vueltas a ver que nos encontrábamos, sin buscar nada en concreto, y con la idea de ir a la carpa, vimos a la chirigota de Los del perchero que nos hicieron reír muchísimo. Llegamos a la plaza del Ayuntamiento y descansamos un rato sentados antes de entrar a la carpa. Nos dijeron que doce euros la entrada con una copa y no nos gustó demasiado pero ahí que entramos y después de muchos dancines y fotos con gente de la chrigota del Canijo, del coro de Chiclana y de la chirigota del Choza, nos fuimos más allá de las cinco de la mañana a la búsqueda del coche de L que nos iba a hacer de refugio durante esa noche.
¡Ah, por cierto, conocí a Paco el Jardi que me lo encontré de casualidad cuando él iba de recogida y nosotros estábamos recién llegandos!
A las 9:00 ya estábamos listos y desodorantados para pasar nuestro último día en Cádiz. Recogí mis zapatillas de debajo del coche, me cambié de sudadera y decidimos a hacer el mismo camino de la noche anterior para llegar a la Plaza de las Flores en busca de la churrería de La Guapa. Pedí tres euros y nos sentamos a comérnoslos. Como era muy temprano decidimos ir al teatro Falla a hacernos la foto de rigor e ir a la Caleta a verla y fotografiarnos mientras hacíamos tiempo para ver la chirigota No te vayas todavía. En esta que me encuentro a Roberto Bernal, al que nunca había visto en persona tampoco después de tantos años conociéndonos, y nos dijo que en la plaza del Mentidero había un tablao benéfico y que cantaban Los peregrinos aunque en el cartel también estaban anunciados La eternidad y La azotea. Pensando que íbamos a verlo todo en uno, decidimos ir hacia allí y comenzaron Los peregrinos porque ni la comparsa de Ares ni la de los Carapapas, nos dijeron, estaban en Cádiz. Espectacular la actuación de la comparsa de Juan Carlos Aragón y un silencio escuchándolos que hasta dolía hasta el final del credo que la gente cantó con ellos en un momento que aún me pone el vello de punta. Nos dijo Roberto Bernal que cantaban los Molina en la Catedral y allí que nos fuimos para verlos. D se metió entre la gente y L y yo nos quedamos atrás pero se escuchaba bien. Después fuimos a comer al Burguer King y D siguió encabezonado en ver Los irracionales en el circuito de agrupaciones que por primera vez se hizo más p'allá de Puerta Tierra. Cogimos el 1 y allí que nos fuimos y, efectivamente, vimos a la comparsa de Bienvenido un poquito. Seguimos andando hasta otro tablao en el que vimos terminar a la chirigota de Vera Luque, otra vez Los peregrinos y al Gago. Después decidimos volver en el 1 a ver si veíamos algo y de refilón en el autobús (con uno de los chóferes más divertidos que me he encontrado en mi vida) vimos un tablao en Santa María. Nos bajamos para ver Las listas de boda que estaban en los cuplés. Uno de sus componentes, amigo mío, nos dijo que cantaban en el Mentidero y allí volvimos: vimos Las listas de boda completa, Los camballá y cuando iban a empezar Los malos del Apendicity nos dijeron que No te vayas todavía cantaban en San Francisco así es que allí nos fuimos pero volvimos a ver Los camballá que abrían el cartel y no pudimos ver No te vayas todavía porque era muy tarde y teníamos que volver a Córdoba.
Y esta es mi experiencia en el puente junto a mis dos amigos. Eché de menos mucho a Ventolero pero el mandé grandes audios que espero que conserve con cariño aún. Por cierto, el post va sin fotos ni vídeos porque hicimos poco de lo segundo y muchas de las primeras no se pueden enseñar. Así es que lo siento.
- Oye, te recojo a las cinco. Nos vamos a Málaga, ¿no?
- Bueno, dame un rato más que me duche y averigüe la mochila. A las cinco y media mejor.
- Vale, vamos a por D a su pueblo.
Colgué y empecé a hacer las cosas que le había dicho a L. Un poco antes de la hora acordada bajé a la calle y fumé un cigarrillo mientras venía mi amigo. Cuando llegó me monté en el copiloto y nos fuimos a llenar el depósito de gasolina (por supuesto, todo a medias). Una vez camino al pueblo de D a L le surgió la feliz idea de ir a Cádiz a pasar el puente y yo monté en cólera pensando en que no deberíamos ir: no teníamos pasta, no teníamos donde dormir, no había una serie de situaciones óptimas que mis casi treinta años me piden para ser feliz. Creí convencerlo de que no se lo contase a D pero conforme bajó del coche fue lo primero que le dijo. D salió a correr dejando unos cafés con leche a su casa a por más dinero y finalmente enfilamos el camino a Cádiz.
Durante el viaje yo seguía discutiéndoles que no deberíamos ir, que se nos había ido la olla, que no teníamos nada preparado... Me di cuenta por un momento que me había convertido en un burgués y, enfadado conmigo mismo, dije que por qué no iba a ir yo a Cádiz a ver Carnaval. Cojones. Eso sí, me olía mal eso de "los viajes improvisados son los mejores" que de tanto como lo escuché había perdido su magia.
Llegamos a Cádiz poco antes de las 21:30 y tras una vuelta conseguimos aparcar muy cerca del Ayuntamiento. Teníamos batería en el móvil y tras comprar bebidas espirituosas nos decidimos a ir al tablao de la calle de la Palma porque sabíamos que cantaba Ley de vida. Allí nos dirigimos más perdidos que en un laberinto. Mientras vimos a algunas agrupaciones que cantaban a pie de calle. Al llegar estaban cantando Los pastelitos e intentamos irnos a la calle de la Palma para verlos centrados pero había tanta gente así es que volvimos a la paralela donde los escuchábamos estupendamente pero no los veíamos porque había un pequeño tenderete de Cruzcampo que tapaba la vista. D decidió tirar un poco después de pedirle a una mujer que nos pintara los coloretes. Llegaron unos chicos de Chiclana y sus parejas terminaron de tirar del velcro para dejarnos a la vista a la comparsa de Ley de vida. Momento álgido cuando cantaron el pasodoble de la despedida de don Antonio Martín. El silencio era absoluto. Después pidieron Caleta y al ser un concurso tuvieron que consultar si podían cantarlo pero la gente estaba enfervorecida pidiéndola y la cantaron y fue el éxtasis. Yo ya me puedo morir tranquilo. Decidimos seguir buscando sitios para ir ubicándonos por la ciudad y nos encontramos algunas agrupaciones callejeras más. Después de dar una vuelta por la Catedral, decidimos volver al tablao de la Palma y nos encontramos con la comparsa Qué corgaera que vimos cómodamente en cuarta o quinta fila. También geniales. Después de volver a dar unas vueltas a ver que nos encontrábamos, sin buscar nada en concreto, y con la idea de ir a la carpa, vimos a la chirigota de Los del perchero que nos hicieron reír muchísimo. Llegamos a la plaza del Ayuntamiento y descansamos un rato sentados antes de entrar a la carpa. Nos dijeron que doce euros la entrada con una copa y no nos gustó demasiado pero ahí que entramos y después de muchos dancines y fotos con gente de la chrigota del Canijo, del coro de Chiclana y de la chirigota del Choza, nos fuimos más allá de las cinco de la mañana a la búsqueda del coche de L que nos iba a hacer de refugio durante esa noche.
¡Ah, por cierto, conocí a Paco el Jardi que me lo encontré de casualidad cuando él iba de recogida y nosotros estábamos recién llegandos!
A las 9:00 ya estábamos listos y desodorantados para pasar nuestro último día en Cádiz. Recogí mis zapatillas de debajo del coche, me cambié de sudadera y decidimos a hacer el mismo camino de la noche anterior para llegar a la Plaza de las Flores en busca de la churrería de La Guapa. Pedí tres euros y nos sentamos a comérnoslos. Como era muy temprano decidimos ir al teatro Falla a hacernos la foto de rigor e ir a la Caleta a verla y fotografiarnos mientras hacíamos tiempo para ver la chirigota No te vayas todavía. En esta que me encuentro a Roberto Bernal, al que nunca había visto en persona tampoco después de tantos años conociéndonos, y nos dijo que en la plaza del Mentidero había un tablao benéfico y que cantaban Los peregrinos aunque en el cartel también estaban anunciados La eternidad y La azotea. Pensando que íbamos a verlo todo en uno, decidimos ir hacia allí y comenzaron Los peregrinos porque ni la comparsa de Ares ni la de los Carapapas, nos dijeron, estaban en Cádiz. Espectacular la actuación de la comparsa de Juan Carlos Aragón y un silencio escuchándolos que hasta dolía hasta el final del credo que la gente cantó con ellos en un momento que aún me pone el vello de punta. Nos dijo Roberto Bernal que cantaban los Molina en la Catedral y allí que nos fuimos para verlos. D se metió entre la gente y L y yo nos quedamos atrás pero se escuchaba bien. Después fuimos a comer al Burguer King y D siguió encabezonado en ver Los irracionales en el circuito de agrupaciones que por primera vez se hizo más p'allá de Puerta Tierra. Cogimos el 1 y allí que nos fuimos y, efectivamente, vimos a la comparsa de Bienvenido un poquito. Seguimos andando hasta otro tablao en el que vimos terminar a la chirigota de Vera Luque, otra vez Los peregrinos y al Gago. Después decidimos volver en el 1 a ver si veíamos algo y de refilón en el autobús (con uno de los chóferes más divertidos que me he encontrado en mi vida) vimos un tablao en Santa María. Nos bajamos para ver Las listas de boda que estaban en los cuplés. Uno de sus componentes, amigo mío, nos dijo que cantaban en el Mentidero y allí volvimos: vimos Las listas de boda completa, Los camballá y cuando iban a empezar Los malos del Apendicity nos dijeron que No te vayas todavía cantaban en San Francisco así es que allí nos fuimos pero volvimos a ver Los camballá que abrían el cartel y no pudimos ver No te vayas todavía porque era muy tarde y teníamos que volver a Córdoba.
Y esta es mi experiencia en el puente junto a mis dos amigos. Eché de menos mucho a Ventolero pero el mandé grandes audios que espero que conserve con cariño aún. Por cierto, el post va sin fotos ni vídeos porque hicimos poco de lo segundo y muchas de las primeras no se pueden enseñar. Así es que lo siento.
1 comentario:
¿No hay opiniones sobre la comparsa de Bienvenido? A pesar del uno, en cada ocasión que la he visto no he dejao de valorarla más y más. Buena crónica de viaje.
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